JUSTIFICACCIÓN

“El enorme y diferencial poder de convocatoria de estos movimientos se debe a su capacidad para alterar una cuestión básica: cambiar la lógica de la “demanda”, por la del “mensaje”. La demanda instaura un interlocutor generalmente el Estado o, los poderes económicos; mientras que el mensaje se dirige a las personas, en un proceso creciente de interpelación. Se nos convoca a pensar, sentir, actuar en un mapa abierto de nuevas posibilidades.”
(Reguillo, 2015:10)
En la actualidad la incertidumbre sobre el futuro y la inestabilidad del presente son el vehículo que moviliza a las biografías juveniles, las cuales ante la imposibilidad de obtener trabajo estable y el predominio de largos periodos cesantes amplifican esa “experiencia de sentirse prescindible”; y como el futuro es incierto, es mejor vivir el día a día, desconectados de las instituciones liberales, desconfiando de los políticos y generando otras formas de “interrupciones” online y offline que resignifiquen las maneras de articulación, protesta y resistencias. Del otro lado, la institucionalidad gubernamental continua bajo la lógica de atender-responder-ofertar lo que en los marcos oficiales se reconoce como la solución a las demandas poblacionales y sectoriales de una ciudadanía “rota” que se multiplica, despliega y repliega en oscilaciones online y offline.
Este resquebrajamiento de la institucionalidad profundiza la insatisfacción y el malestar social, en donde es más evidente que las cosas no están bien y que se hace necesario construir otras maneras de habitar, recrear y potenciar lo público. Se requiere entonces un esfuerzo académico y político capaz de sobreponerse a los estrictos marcos disciplinares y navegar sobre la aguas de lo transdisciplinario, bebiendo de la multiplicidad de las técnicas y las teorías que nos ofrece el conocimiento institucionalizado, pero sobre todo, re-conociendo el conocimiento vivencial que producen las subjetividades juveniles.
Desde esta óptica, como mi interés es entender las formas de articulación, protesta y resistencia de las subjetividades juveniles, sus trayectorias, mensajes/demandas y apuestas por “interrumpir la vida cotidiana” evidenciando el malestar social y el hartazgo hacia las instituciones liberales, encuentro en el campo de los estudios culturales el escenario propicio para “patear hormigueros” en diferentes escenarios como el campo laboral (discurso y oferta oficial de la participación departamental en contraste con el mensaje agenciados por las subjetividades) y el campo académico (El discurso institucional de la participación y los mecanismos de representación política versus las “interrupciones” agenciados por las subjetividades).
Es por estos motivos que me interesa avanzar en el entendimiento de las formas de apropiación, resistencia e impugnación del orden dominante propuesto por estas subjetividades juveniles en el marco de la pandemia covid 19, explorar los múltiples mensajes que están agenciando a través de los diferentes ambientes virtuales y cómo se da el tránsito hacia la intervención política; todo esto sin dejar de reconocer las tensiones “online” derivadas de la virtualización de la “vida precaria” y las “offline” que no solo se relacionan con aquellas determinaciones que hacen im-posible e i-legal que los jóvenes agencien sus intereses en el espacio público de manera presencial, sino con todos aquellos casos de jóvenes que no lograron conectarse debido a la desigualdades del sistema.