top of page

planteamiento del problema

splash.png

El enorme y diferencial poder de convocatoria de estos movimientos se debe a su capacidad para alterar una cuestión básica: cambiar la lógica de la “demanda”, por la del “mensaje”. La demanda instaura un interlocutor generalmente el Estado o, los poderes económicos; mientras que el mensaje se dirige a las personas, en un proceso creciente de interpelación. Se nos convoca a pensar, sentir, actuar en un mapa abierto de nuevas posibilidades.”

(Reguillo, 2015:10)

Las características políticas, económicas, sociales y culturales del modelo hegemónico han demostrado su incapacidad para resolver conflictos como la precariedad laboral y la inseguridad de los jóvenes y han potenciado lo que Néstor García Canclini(2019) denomina como esa “experiencia de sentirse prescindible” y de ocuparse de vivir el día a día. Entre tanto, el malestar social de las subjetividades juveniles se toma el “espacio público expandido” (Reguillo, 2017) y transita entre la virtualidad y la presencialidad, entre lo online y lo offline, agenciando sus “mensajes”, los cuales van más allá de la representación o la interacción con institucionalidad.

 

 Particularmente en Colombia, la incertidumbre, el desempleo y la muerte atraviesan las biografías juveniles, profundizan las desigualdades sociales, hacen porosas las instituciones liberales (familia, escuela y gobierno) encargadas tradicionalmente de darle sentido al concepto “ciudadanía”, amplían la desconfianza hacia los políticos y multiplican las formas de articulación, protesta y resistencias social. Para ejemplificar esto, basta con acercarse a los múltiples “mensajes” agenciados en la época de la pandemia covid19 a través de la virtualidad con los cuales se pretendió evidenciar los graves efectos del confinamiento social (#CuarentenaSinHambre; #RentaBasicaEs), la necesidad de un mayor apoyo estatal en los temas relacionados con la educación (#yoaplazo; #MatrículaCero; #icetex), las denuncias contra los asesinatos sistemáticos de líderes y lideresas(#NosEstanMatando; #MarchaPorLaDignidad) y las disputas políticas partidistas (#DuqueRenuncie; #UribeSecuestrado).

 

Si bien en muchos casos estos “mensajes” son agenciados por diferentes sectores político-electorales ya sea como parte de su quehacer programático o simplemente porque le es útil a su causa política, en la mayoría de los casos, son el resultado de acontecimientos de alto impacto que agrupan a otros indignados en una especie de “resistencias heterogéneas” (García, 2019) que se juntan por encima de los sistemas político-económicos tradicionales, protestan, se articulan, se diluyen y vuelve a surgir, en un especie de espiral que se moviliza y se retroalimentan a partir de las coyunturas de los indignados, que bien podría ser sintetizado en lo que Rosana Reguillo (2017) denominó como el “rizoma”

“un mapa de sentidos «abierto, desmontable, reversible, susceptible de recibir constantes modificaciones». Un rizoma es, en pocas palabras, un modelo organizativo que no sigue líneas de subordinación, sino de multiplicidad y cooperación."  (Reguillo, 2017: 56)

splash2.png

Ante la hegemonía de los medios, canales y herramientas de comunicación por parte de los factores reales de poder (Lassalle, 1862) que hacen parte del sistema político y la prelación de un relato institucional que promueve la desigualdad sobre las biografías juveniles, a partir de la profundización de las diferencias étnicas, de género y nacionales y la legitimación de la distribución y apropiación inequitativa de los bienes materiales y simbólicos, las subjetividades juveniles han ido construyendo múltiples formas de articulación, protesta y resistencias  que oscilan entre lo online y lo offline, pero que es justamente a través de las redes digitales que han ido construyendo un «espacio público expandido» (Reguillo, 2002), «acciones conectivas» (Bennett y Segerberg, 2013) y la «producción de presencia» (Reguillo, 2012)  a través de diversos mensajes que se movilizan por medio de “hashtag”, “Me gusta”, “compartir” y “retuitear”.

 

Estas subjetividades identificadas son tan solo una pequeña muestra de la multiplicidad de públicos y mensajes agenciados por subjetividades juveniles desde diferentes territorios, que navegan por el ecosistema digital, transitan hacia la presencialidad y retornan a la virtualidad en lo que suelen ser movimientos de alta intensidad virtual de corta duración, pero que proponen múltiples interrupciones a la vida cotidiana de las biografías juveniles que transcienden con sus “mensajes” el contenedor político-administrativo-territorial que habitan.

 

Ahora bien, en el escenario actual de la pandemia mundial es cada vez más vacío y “roto” el concepto construido de “ciudadanía” en el marco de los Estado-Nación, ya que las relaciones de las subjetividades juveniles están mediadas por asuntos que transcienden la órbita jurídica, política, administrativa y territorial tradicional en la que cuestiones como el voto y los mecanismos institucionales de participación siguen presentándose como la opción oficial en el relacionamiento entre las personas y el gobierno.

 

Particularmente en mi caso personal, en los últimos años de mi vida laboral he trabajado con la oficina de participación ciudadana de la Gobernación de Antioquia que atiende  a las organizaciones comunales, una de las instituciones (las juntas de acción comunal) de origen social comunitario con más tradición “participativa”, con presencia en todo el territorio nacional, pero con fuertes vínculos con el sistema político clientelar y que en términos generales se encuentra en un proceso acelerado de envejecimiento de sus liderazgos y sus formas de agenciar sus necesidades. En este sentido, cuando me refiero al concepto de “ciudadanía rota”, también hago alusión al resquebrajamiento de una institucionalidad publica que cada vez es mas incapaz de adecuarse a las “interrupciones” agenciadas por las subjetividades juveniles, asunto que se profundiza en la coyuntura actual de la “pandemia covid19”  donde es menos viable tramitar el malestar social por políticas que ofrecen confinamiento, aislamiento social y no aglomeraciones  a cambio de “proteger la vida”; aunque esas vidas que se intentan proteger solo existen en la calle, el rebusque, y el mercado de riesgo del día a día.

 

Me atraviesa por el cuerpo una sensación de “espasmo” inquietante debido a esa incomprensión o  incapacidad de los entes gubernamentales por atender-ser-construir-relacionarse- con las nuevas dinámicas/procesos/mensajes de las subjetividades, ya sea por acción o por omisión, razón por la cual se convierte un reto personal avanzar en el entendimiento de las nuevas formas de apropiación, resistencia e impugnación del orden dominante propuesto particularmente por subjetividades juveniles que emiten su “mensaje” o “interrumpen” la vida cotidiana en el marco de la pandemia covid 19.  De ahí, que interese explorar los múltiples mensajes que están agenciando a través de los diferentes ambientes virtuales y cómo se da el tránsito hacia la intervención política en sus ciudades, sin dejar de reconocer las tensiones “online” derivadas de la virtualización de la “vida precaria” y las “offline” que no solo se relacionan con aquellas determinaciones que hacen im-posible e i-legal que los jóvenes agencien sus intereses en el espacio público de manera presencial, sino con todos aquellos casos de jóvenes que no lograron conectarse debido a la desigualdades del sistema.

 

En este contexto el presente proyecto de investigación le apuesta a comprender las formas de articulación, protesta y resistencias de subjetividades juveniles en el departamento de Antioquia, en el marco de las coyunturas que se vienen gestando durante la pandemia Covid 19. Si bien el marco temporal de análisis corresponde al año 2020 no se perderán de vista los antecedentes contextuales de 2019.

 

La pregunta central que se resolverán con la investigación es: ¿Cuáles son las formas de articulación, protesta y resistencia de las subjetividades juveniles priorizadas que emergen en el marco de las coyunturas sociopolíticas que se dan en el contexto del Covid 19 durante el periodo 2020? Como preguntas transversales: ¿Cuáles son las “interrupciones” que vienen agenciando las subjetividades juveniles en antioquia? ¿En qué medida las formas de articulación, protesta y resistencia de las subjetividades juveniles inciden en las agendas publicas territoriales de los gobernantes y cómo la agenda de las subjetividades está determinada por las propuestas programáticas de los gobernantes? ¿Cuál es la noción de ciudadanía que emerge en los mensajes agenciados por las subjetividades juveniles en el marco de la presente investigación?

  • Twitter
  • Instagram
bottom of page