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LOS PRODUCTOS DE LA INVESTIGACIÓN: ANCLAJES ENTRE LOS PRODUCTOS Y LOS RESULTADOS

  • Foto del escritor: Juan Montoya
    Juan Montoya
  • 30 mar 2021
  • 12 Min. de lectura

Actualizado: 10 abr 2021

“Amenazada la libertad

en nombre de su seguridad

ellos tienen tanto que cuidar

sus bancos, sus tierras, sus fábricas

su continuidad en el poder

comprando y vendiendo la ley

para mantener la situación

criminalización…”

Revolución (Los Suziox: 2006)


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Tentado por el reto propuesto por la Maestría de practicar estudios culturales desde otros formatos y otras narrativas, abandono parcialmente la construcción del texto clásico de la tesis y me aventuro a explorar diferentes formatos audiovisuales y sonoros con la idea de evidenciar las formas como se articulan, protestan y resisten las subjetividades juveniles en el marco de la pandemia en el departamento de Antioquia.


Para esto, una vez se identificaron las experiencias, realizado el proceso de observación participante virtual en foros y conversatorios, y ejecutadas las video entrevistas se procedió a desarrollar los siguientes productos:


Video interrupción:

Microvideos con una duración aproximada de 5 minutos en los que se realiza un recorrido por el mensaje, el empute y la interrupción agenciada.


Antes de la pandemia Rosana Reguillo (2017) nos planteaba que, las subjetividades juveniles estaban atravesadas por la incertidumbre sobre el futuro y la inestabilidad del presente, y que esa insatisfacción frente a un orden de cosas que se perciben como intolerables, no era más que un reflejo de una severa crisis sistémica y civilizatoria, donde las grandes mayorías vivían al borde del abismo y de la indignidad. En esta misma lógica, García Canclini (2020) afirmaba que, ante las profundas desigualdades, la precarización de las condiciones de vida de los jóvenes y la desesperanza empieza aumentar la necesidad de hackear el sistema y posibilitar otros escenarios “descargas libres de información y uso asistémico o informal de los recursos para beneficio propio o de microcomunidades alternativas” (García Canclini, 2020:77).


Esa sensación de hartazgo, malestar social, desconfianza hacia la instituciones, desconexión o reconexión con los mecanismos y formas tradicionales de participación, son parte de los elementos que integran el paisaje insurrecto. Ahora bien, como lo he planteado anteriormente, mis coordenadas se mueven alrededor del presupuesto de Reguillo, según la cual, las subjetividades juveniles están cambiado a través de la presencia (online/offline) que generan en el espacio público, la lógica de la demanda por el mensaje, en una operación en la que el destinatario no es únicamente la institucionalidad liberal y en la que a través de sus acciones conectivas, se quiere generar “interrupciones” de todo aquello que los emputa.


Hoy, en pleno marco de la pandemia, esa experiencia de sentirse “prescindible” es cada vez más latente; y como el futuro es incierto, es mejor vivir el día a día, desconectados de las instituciones liberales, desconfiando de los políticos y generando múltiples formas de “interrupciones” online y offline, que en última erosionan el quehacer publico institucional, que no va más allá de la receta tradicional de la participación ciudadana y, a su vez, genera un doble fenómeno, por un lado profundiza “la desafección hacia instituciones estabilizadas como los partidos o sindicatos”(García, 2020:73), y por otro, pone en tensión la duración y la confianza en los movimientos


A través del presente proceso de investigación fue posible identificar 5 experiencias vitales con las cuales conversé sobre las formas como se articulan, resisten y protestan, el significado de ser joven en el actual contexto y la afectación que ha tenido la pandemia en sus prácticas.


La interrupción agenciada por las subjetividades juveniles propuesta por Reguillo bien podría ser concebida como una “insurgencia” en los términos planteados por Arditi, quien las concibe como “pasadizos o conectores entre mundos, entre el actual y otro posible, por lo que son modos de poner en acto una promesa de algo diferente por venir” (Arditi, 2012). Y es que justamente en las video-interrupciones y en el podcast “historia de vida del Kanabico objetor” se puede dar cuenta de unas experiencias vitales que encontraron en la pandemia un motor para repensar, reajustar o crear nuevas formas para continuar agenciando su mensaje, pese o gracias a las medidas restrictivas gubernamentales.


Y la discusión no se centra en la posibilidad de emitir o no su mensaje a través de la virtualidad, sino que la pandemia genera retos internos y externos en el accionar, por ejemplo: ¿Cómo continuar su acción política con sus “comunidades”, ya sean trabajadoras sexuales del sector de la Veracruz en Medellín o mujeres interesadas en acompañamiento para practicarse IVE en Antioquia, si estábamos oficialmente confinados? ¿Cómo hacer visible y denunciar aquellas acciones autoritarias de los gobiernos locales? Como cuando la Alcaldía de Medellín confinó a todo un barrio (el SINAI) y lo etiquetó como el barrio del “gran brote”, o la Alcaldía de Bello desalojó a una comunidad asentada de manera no planificada (Barrio El Girasol) y los etiquetó como los ilegales. ¿Cómo sobrevivir sin financiación estatal, si la financiación te impone línea editorial? Como fue el caso del plan de salvamento propuesto por la Alcaldía de Medellín a los medios de comunicación alternativos y ¿Cómo protestar ante el creciente autoritarismo del gobierno central, los relatos legitimadores de los medios de comunicación frente a lo legal y lo ilegal y las medidas restrictivas estandarizadas que mandan a estar en la casa, a quien no tiene o no le es viable permanecer en ella?


En este contexto, retornando a Arditi (2012) y a Reguillo (2017), el concepto de interrupción transciende los binarismos efectivistas que se ocupan de analizar en clave de éxito o el fracaso

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de estas expresiones sobre los marcos oficiales de la política, sino en un pluralidad de elementos que bien podrían ser resumidos en la frase “las insurgencias no tienen plan: ellas son el plan”


Retornando a Reguillo, el concepto de “subjetividad insurrecta” está ligada al “desanclaje de la experiencia y la percepción de los sujetos del sistema dominante normalizado e interiorizado para construir o dar paso a otras formas de lo posible; la subjetividad disidente llama a sus otros a ese espacio distinto y, a partir de ahí, articula un nosotros diferente.” (Reguillo, 2017:74).


La quinta experiencia sobre la que se hizo especial énfasis es sobre las apuestas, los mensajes y los emputes de Kanabico objetor. Un antimilitarista habitante de la zona nororiental de la ciudad de Medellín, amante de la buena salsa, convencido del consumo político de la marihuana, defensor de los derechos humanos. Hijo de una feminista rebelde que históricamente se ha enfrentado a todos los grupos armados que han transito por el conflicto urbano de Medellín.

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Kanabico nació en los procesos comunitarios de la ciudad de Medellín, rodeado de mujeres y activistas fue construyendo sus propias apuestas, reivindicaciones y peleas contra todo aquello que considera injusto. Protesta de frente y sin darle vueltas a las cosas se enfrenta al alcalde, al presidente, al “paraco”, el “delincuente” y a los “elenos” que están reclutando menores en las parte altas de la nororiental; a pesar de las constantes amenazas y el reciente atentado contra la vida de su perro “suicede” sigue poniéndole el pecho a la brisa, deseando todos los días “buenos humos”, promoviendo la paz, tejiendo redes colaborativas para incidir en política.


Podcast interrumpir lo que nos emputa:


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Ciclo de podcast compuesto por 6 capítulos en los que navegamos alrededor de los emputes, los hartazgos, los mensajes y las interrupciones que están siendo agenciadas por las subjetividades juveniles.

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El paisaje insurrecto está constituido por múltiples interrupciones, difícil de clasificar o etiquetar, no pueden ser catalogadas per se cómo democráticas, buenas o santas, ya que en la lógica de las “resistencias heterogéneas” que integran esa “ciudadanía rota” cada vez son más visibles subjetividades que agencian el caos, el ruido y el incendio de las instituciones, sectores y poblaciones “diferentes” o “disidentes”.

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Situación que se ha profundizado en el actual contexto del “aislamiento” por la pandemia, en el cual pareciera que las políticas gubernamentales se concentraron en prohibir la protesta social, en copar la agenda de la gestión y la acción pública y fortalecer el autoritarismo al centralizar los poderes públicos amparados en la declaratorias de emergencia sanitaria. Entre tanto, el aumento de las muertes sistemáticas de los líderes sociales, el hambre, la corrupción alrededor de las políticas de atención del COVID-19.

A través del podcast “Interrumpir lo que nos emputa” se propició una reflexión a varias voces sobre lo que significa ser joven en Antioquia en la actual coyuntura y las miradas sobre el concepto ciudadanía. También se exploraron los posibles mensajes y emputes que son agenciados por las diferentes subjetividades juveniles en Antioquia, dando cuenta de una pluralidad de interrupciones. Finalmente, la conversación se centró en las tensiones entre virtualidad y presencialidad y cuál es la oferta que desde el gobierno les está llegando a los jóvenes.


Al cruzar las reflexiones logradas en el podcast, junto con los ejercicios de observación participante virtual, es posible identificar 4 grandes temas o tópicos sobre los que durante el periodo de estudio se centraron los mensajes y las acciones conectivas de las subjetividades juveniles:


TEMA 1. AUTORITARISMO Y CINISMO


TEMA 2. INCERTIDUMBRE Y PRECARIEDAD


TEMA 3. VIRTUALIZACIÓN DE LA VIDA COTIDIANA


TEMA 4. INCAPACIDAD DE LAS INSTITUCIONES PARA RELACIONARSE CON LAS NUEVAS AGENDAS CIUDANAS


LOS EMPUTES Y LA INTERRUPCIONES


"Esto se va putear

Se va putear (aayy)

Esto se va putear

Se va putear

Amigo colabore

Porque al que colabora

(Se le colabora)"

Rancho aparte(2016) Poniéndote a gozar.


Durante el periodo de investigacción, el proceso nos ubicó en Antioquia en temas diversos como el aborto, la comunicación alternativa, el trabajo sexual, y la cibermilitancia cannábico-antimilitarista. A través de conversaciones virtuales con experiencias vitales como Cofradía para el cambio, Corporación Mi Comuna, Jóvenes Vive, Putamente Poderosas, Kanábico objetor, Jenny Giraldo, Julio César Orozco y Daniel Urrea, sumado a la observación participante activa realizada a través de redes sociales se pudo identificar 4 temas centrales, los principales emputes y la pluralidad de mensajes agenciados por las subjetividades juveniles.


En todos los temas identificados hay un punto común, en el que, a pesar de tener serias diferencias frente al funcionamiento de la institucionalidad pública, apuestan por incidir políticamente en los escenarios de decisión y acción pública, ya sea en la ciudadanía en general, sus grupos de interés o los administradores de lo público.


TEMA 1. AUTORITARISMO Y CINISMO


En el periodo de pandemia, la acción gubernamental se gestionó desde prácticas autoritarias en los diferentes niveles de gobierno; la innovación punitiva y la desarticulación institucional predominaron. Órdenes y contraordenes fueron el común denominador durante los primeros meses de la pandemia. Y mientras por un lado, los días sin IVA aglomeraban a los tarjetahabientes alrededor de los comercios, los atisbos de reactivación de las protestas sociales eran juzgados, reprimidos, controlados y etiquetados quirúrgicamente con protocolos de bioseguridad, garrote policial o mediático.



Empute: Contra el autoritarismo de la policía


La redes sociales sirvieron para expandir y multiplicar el malestar social y el empute en contra las actuaciones de la policía, quien se reafirmó durante este periodo como el aparato represor de los que “no cumplían” las reglas locales de la pandemia. Durante este periodo el asco y la desconfianza hacia la policía multiplicó los emputes y acciones de hecho en contra del símbolo y las personas que representan la institución.

Mensaje:


Empute: Contra el cinismo de la institución gubernamental


Las políticas restrictivas contra los derechos de las personas, opositores y toda agenda alterna

al poder predominante en los diferentes niveles gubernamentales, generaron diversos espacios

de dialogo virtual, donde el énfasis era el cinismo gubernamental que promovía apertura de la economía, pero cerraba espacios para la protesta. Mientras, por un lado se fortaleció un relato y unas prácticas en contra de las políticas del gobierno nacional, la acción de los gobiernos territoriales se diluyó y solo se hicieron visibles aquellos casos de corrupción o autoritarismo local.

Mensaje:


Empute: Medios de comunicación


La hiperconexión que produjo la pandemia generó la proliferación de diversos espacios de comunicación alternativa en su mayoría realizados o dirigidos por y hacia los jóvenes. En estos casos, la información no se emitía desde la postura “objetiva institucionalista” tradicional, sino desde la óptica del “protestante”, “desde el tropel”, “del expulsado”

Mensaje:


INTERRUPCIÓN


COFRADÍA PARA EL CAMBIO produjo ampliamente diferentes contenidos sobre coyunturas nacionales y locales por medio de diferentes plataformas como Instagram y Facebook. Su acción comunicativa se amplifica, se conecta y se potencia a través de otros perfiles como @AquinoTicias1, @prensaupc, entre otros, con los cuales, en su conjunto y de manera rizomática, se genera una especie de rompecabezas interactivo que es armado a través de los miles de usuarios que van transitando entre las trasmisiones que emite cada perfil.


La generación de contenidos cercanos, contados desde el sitio de la información, la construcción de otros estilos de comunicar e interactuar con la coyuntura, junto con la generación de unas amplias audiencias online/offline potencian de manera orgánica una serie de experiencias desde la cuales se le apuesta a evidenciar los emputes que no aparecen registrados en los medios tradicionales.


TEMA 2. INCERTIDUMBRE Y PRECARIEDAD


El confinamiento y el aislamiento social no sólo cambió la cotidianidad de las personas sino que evidenció el hambre, la falta de condiciones básicas de poblaciones que viven del rebusque, pero sobre todo la incapacidad de la institucionalidad pública en los diferentes niveles para adecuarse a los cambios que significó la pandemia en términos del libreto tradicional con el que se venía “administrando” lo público. Incertidumbre y precariedad profundizaron la desconfianza hacia la institucionalidad pública y el mercado de riesgo se dinamizó en alza.


Empute: No futuro


En contraposición con el discurso del alcalde de Medellín quien agencia su “Medellín Futuro” “Valle del Software” “Sede de la Cuarta revolución industrial” se tejieron diferentes emputes frente a la fragilidad de un “tecnofuturo” que se hace agua alrededor de una administración sorda, unos jóvenes desconectados por la inequidad geográfica o material y una oferta que solo se ocupa de los jóvenes extremos (los mas pilos o los que están en riesgo)


El mayor empute agenciado en las diferentes redes sociales fue en contra de esa sensación de vivir al borde del abismo, sin opciones y sin garantías.

Mensaje:


Empute: Mercado de riesgo y vivir el presente


Cuando la opción es "quédate en casa", estudia o trabaja desde la casa, pero la casa es el barrio, la calle y la conexión con la virtualidad es el celular o el computador único para todos.

Emputes cuando la principal opción es la amplia y sólida oferta de riesgo que hay para los jóvenes, a cambio de “estatus” en el barrio, superación de necesidades básicas y, en el otro extremo no es clara la oferta de la institucionalidad pública

Mensaje:


Empute: Masacre de líderes


Emputes contra la incapacidad de los diferentes niveles gubernamentales por garantizar la protección de la vida de los firmantes de los acuerdos y de los lideres sociales. Durante la pandemia la muerte sistemática tocó la puerta de los líderes confinados.


A través de los diferentes encuentros virtuales se agenció el mensaje según el cual vamos caminando hacia la dictadura y que, por lo tanto, es necesario que los colombianos “actuemos”

Mensaje:


INTERRUPCIÓN


Kanábico objetor viene agenciando una apuesta de articulación que transciende los límites territoriales político-administrativos, los asuntos poblacionales y sectoriales y la une la necesidad del cuidado de la vida en todas sus expresiones. Hacer evidente la precariedad, la incapacidad institucional y la desconfianza hacia las instituciones. En su puesta en escena virtual y presencial aparece latente la necesidad de tejer otras redes, otras alternativas para incidir en política, hacer control social y agenciar sus intereses políticos electorales.


TEMA 3. VIRTUALIZACIÓN DE LA VIDA COTIDIANA


El reclamo permanente por agenciar los intereses poblacionales, sectoriales y territoriales desde el uso de diferentes formas, lenguajes, formatos se intensificó en el período de pandemia. Si bien la calle, el barrio y la ciudad eran su escenario de acción fue necesario migrar a la virtualidad y realizar pequeños esguinces a las normas para estar en el lugar de la información. Si antes de la pandemia la vida ya era precaria, con esta y sus prácticas de “virtualización” los jóvenes se convirtieron en fantasmas desconectados que todavía hoy siguen buscando las instituciones educativas.



Empute: Inviabilidad de tramitar el malestar social


Las banderas rojas empezaron a ondear para evidenciar el hambre en las casas, los plantones fueron creciendo alrededor de la necesidad de una “renta básica” o la matricula cero, los mensajes virtuales se multiplicaron y la toma de las calles cumpliendo todos los protocolos de bioseguridad eran cada vez más urgentes


Los emputes frente a la imposibilidad de manifestarse en el espacio público se multiplicaron ante el contraste de las políticas de apertura económica (día sin IVA), en la que los tarjetahabientes “aperturaron” la posibilidad de la aglomeración social en período de pandemia.

Mensaje:


Empute: Inequidad geográfica


Emputes frente a la imposibilidad material, territorial y económica de “conectarse” a la virtualización de la vida cotidiana en ciudades capitales, pero también los emputes de los desconectados por convicción.

En pandemia un número significativo de los estudiantes se volvieron “fantasmas” desconectados, por falta de conectividad, por decisión o falta de interés.

Mensaje:



Empute: Yo tengo voz


A través de diferentes acciones conectivas se pudo evidenciar diferentes emputes frente a la necesidad de poder hacer visible “nuestra” versión de la coyuntura que sucede en los barrios, las ciudades, en el país, no solo ante las instituciones, sino también hacia los medios y las mismas comunidades.

Mensaje:


INTERRUPCIÓN


Corporación Mi Comuna: partiendo de las propias preguntas con el convencimiento de la potencia de la cultura y que su mensaje transciende más allá de los hechos noticiosos durante el periodo de pandemia trabajaron fuertemente por la generación de presencia, oscilando entre lo online y lo offline y agenciando su empute frente a las medidas autoritarias del gobierno local que no solo etiquetó su territorio como “covid” sino que también intentó a través de “planes de salvamento” cooptar su línea editorial.

El convite, el canelazo, el zafarrancho, la tertulia y el conversatorio virtual para seguir generando presencia entre apuestas organizativas similares y con las comunidades generación de estrategias de acompañamiento y denuncia ante medidas restrictivas o coercitivas contra territorios o comunidades específicas.



TEMA 4. INCAPACIDAD DE LAS INSTITUCIONES PARA RELACIONARSE CON LAS NUEVAS AGENDAS CIUDANAS


Las diferentes violencias ejercidas sobre los cuerpos de las mujeres y la población LGTBIQ, junto con la necesidad de evidenciar los efectos del confinamiento sobre sus prácticas cotidianas y sus formas de generar recursos económicos condujo a la creación de múltiples mensajes que oscilaron entre lo offline y lo online. La urgencia de posicionar otras agendas que interpelan el estatus quo se intensificó en un contexto de aislamiento y pandemia.


Empute: Representatividad sectorial no legítima


Emputes contra los “representantes oficiales” de todas la causas, reivindicando la posibilidad de manifestarse sin etiquetas partidistas, con una vocación política que trasciende las fronteras político-administrativa y que, gran parte de sus mensajes van orientados a interpelar a todo vocero.

Mensaje:


Empute: Inclusión de las nuevas agendas ciudadanas


Emputes contra la aversión que genera lo diferente, lo desconocido y como reivindicación del derecho a agenciar todo tipo de “disidencias” que van en contra de lo “políticamente correcto”


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Empute: Oferta institucional desconectada de la necesidades


Emputes contra la incompetencia pública e institucional a la hora de atender la necesidad contingente de las diferentes poblaciones y territorios.


Emputes para pensar, ser y hacer juntanzas alrededor de la necesidad de transformar la realidad desde dos perspectivas: la primera, amplificar la crisis, los problemas estructurales y la falta de voluntad gubernamental a través de las plataformas virtuales, y la segunda, promover acciones tipo plantones, intervenciones en el espacio público, marchas.

Mensaje:


INTERRUPCIÓN


Jóvenes vive y Putamente Poderosas: agenciar lo diverso, interrumpir estigmas, ser amplificador de voces precarizadas que ejercen prácticas “socialmente” cuestionadas a través del uso de las plataformas virtuales. Experiencias como @jovenesvive1, @redcomunitariat y @PutamenteP amplificaron sus accionar a través de las redes sociales y los canales digitales como espacios de orientación, acompañamiento, denuncia y generación de acciones solidarias que mitiguen la precariedad intensificada durante la pandemia.

 
 
 

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